lunes, 5 de mayo de 2014

Las primeras horas con el bebé

Llegó el día. Parimos. Estamos con nuestro bebé y ahora qué? Cómo son esas primeras horas? Cómo fueron esas, mis primeras horas, con el bebé? Es distinto si sos primeriza que si no? Es distinto según el tipo de parto? Sí, siempre es distinto! Y cada mamá en su individualidad lo va a vivir diferente y cada familia también. Les paso a contar qué me pasó a mi.

3/4/2008
Me reencuentro con Luna en un pasillo de la Suizo (la había visto unos segundos apenas sale de mi cuerpo y logro besarla y se la llevan a los controles). La trae Ignacio toda envuelta. Lo único que pienso es que YA quiero ponerla en la teta. Había concurrido a las reuniones de la Liga de la leche (1) y sabía que era primordial que la bebé se encontrara con la teta dentro de la primer hora de nacida. Y ahí enfoqué. Y con la inseguridad de primeriza, llamaba a las puericultoras de la clínica para que observaran si se prendía bien y demás…pero no estaban tooooodo el tiempo disponible. Con unas ampollitas en los pezones superé la primer prueba. Recuerdo también mucha gente entrando y saliendo de la habitación haciendo controles a Luna. Y una enfermera que me decía: “mamita, le cambió el pañal??”. Qué? Pensaba yo, le tengo que cambiar el pañal? Jajaj sí, sí, esa Carolina era. Las primeras horas estaba muy excitada. Me sentía espléndida. Qué parto vaginal más rápido repetía! Qué maravilloso todo! Vinieron visitas, sacamos fotos. Luna siempre en la teta. A la noche, por recomendación de una amiga y para dormir, se llevaron a Luna a la nursery. Ay! Hoy lo pienso y me digo: qué loca! Cómo me separaba de mi cría!! 36 horas después me dan el alta y regresamos a casa con un paquetito de 2.400 kg. en brazos que lloraría sin parar por mucho tiempo. Confusión creo que es la palabra que mejor describe esas primeras horas. Las horas en casa fueron raras también. Vinieron mi madre y mi abuela. Más visitas. Mucho movimiento. Tetas hinchadas. Llanto. Incertidumbre. Todo esto se iba a empezar a poner espeso con el correr de los días. Cuando las visitas se van, cuando no hay una mamá cerca, cuando la tribu no existe. Cuando empezamos a pedirle a nuestra pareja que sea todo eso que necesitamos. Cuando es imposible saber y reconocer que el primer tiempo con un bebé es de locura, introspección y sombra.

28/4/2011
Me encuentro con Vicente apenas me lo alcanzan por debajo de mis piernas Ignacio y la Alejandra (la partera). Grito: ayyyyy! Es igual a tu papá! Y mientras tanto,  está conmigo apoyado piel con piel y va dejando de latir su cordón. Emoción y adrenalina de haberlo parido en la habitación de casa. Él estornuda. Nos acostamos en la cama. Duerme. Se despierta y lo acerco a la teta. Busca el pezón y lo encuentra. Alegría. Emoción por lo vivido. Queremos contarles a todos que nació en casa. No lo habíamos dicho. Nos dan ganas de compartirlo. Pero antes hablamos que las visitas van a ser pocas, acotadas y vamos a cuidar el ritmo del bebé. Por supuesto que la primera que va a llegar y quién más nos interesa que lo conozca es Luna. Bello encuentro, lo agarra y se levanta su remerita para ofrecerle la teta. Sí, es otra historia. Todo es otra historia. Pudimos pensar en esas primeras horas, pudimos aprender lo que sí y lo que no queríamos. Nos cuidamos y lo cuidamos. Los llantos fueron menos, confié en mí como mamá y confiamos más en nosotros como padres. Protegimos a nuestra cría. Sabíamos dónde nos estábamos metiendo y lo respetamos. Y por supuesto él lo percibió. No digo que no hubieron crisis, o momentos desoladores, pero conociéndolos o sabiendo que existen de antemano uno se prepara distinto. Buscamos más ayuda en la casa. Pedimos lo que necesitamos. La abuela que se sentía bien cocinando nos traía comida y así. Yo sabía hasta dónde podía pedir a Ignacio. Las primeras horas, además de ser tranquilas por decisión, fueron tranquilas porque ya sabíamos lo que era un bebé y qué cosas había que cuidar y cuáles no. Igual uno escucha voces, y yo le ponía valor a otras voces que por supuesto no fueron las mismas que con Luna. Y por ejemplo me permití darle el chupete el día que Raquel (2) me dijo que Casilda (3) decía que un chupete con el cuerpo de la madre atrás no hace daño. Jajajaj y así fue, Vicente chupeteó pronto pero con un “aval” que yo consideraba válido.

Y esas fueron mis experiencias de las primeras horas con mis bebés. Es clarísimo que hay un cambio. El origen del cambio pueden ser múltiples razones: la información, el crecimiento, la experiencia, el cambio, escuchar a otros, cuestionarse y elegir, entre las múltiples formas que hay de hacer las cosas, cuál es la que nos sienta mejor.


Y cómo te fue a vos?

Primeras horas de Luna

Primeras horas de Vicente

(1) Liga de la Leche. http://www.ligadelaleche.org.ar/
(2) Raquel Schallman. http://www.partolibre.com.ar/
(3) Casilda Rodrigañez Bustos https://sites.google.com/site/casildarodriganez/

2 comentarios:

  1. Caro que bellos relatos, yo parí dos, Valentina 08/04/03 y Bartolome 26/11/04, feliz de estar embarazada, feliz de los maravillosos partos que tuve, el tema me fascina veo a una embarazada y me resulta inevitable hablarle sobre el tema, decirle que no tenga miedo del parto, que le de la teta, que es maravilloso y único ese tiempo juntos y que no importa lo que otros cuenten sobre sus experiencias, que uno debe confiar en lo que le sucede, que no hay un manual, hay que vivirlo de la forma mas consciente y perceptiva posible. eso, todo pasa por las sensaciones, creo que uno debe estar perceptivo y con la mayor calma posible.
    yo no me anime a parir en casa, el gordo no me acompaño, por miedo supongo, no sé. A Valen elegí tenerla en el hospital público, pura cuestión ideológica, igual, fui con la ley de parto humanizado bajo el brazo y pelie bastante para que me escuchen y se respete, tuve unas ganadas y otras perdidas, pero la atención fue bastante buena, él me acompaño en el parto; me permitieron relajarme; no hubo goteo; pero sí episiotomia, aunque yo no queria, trabaje el periné todo el embarazo para que la zona cediera, pero bueno, cortaron igual, la partera era una joven malvada, sufrí cada puntada que me hizo al coser, una verdadera tortura, luego se la llevaron casi 2 horas (momento terriblemente angustiante), ella no se prendía de la teta y a la noche la enfermera me trajo una mamadera (que nunca le dí) a primera hora llego un ángel de lactancia, una señora con mucha paz y con su dedo meñique acomodo el labio inferior de Valen y ella pudo tomar, al fin pudo succionar, guauuuuuuuu mezcla de alegría y dolor, que fuerza tenia la beba, no era chiquita de tamaño, peso 3.950 kg. yo compartía la habitación con una bebé prematura y al ver a la mia pensaba ésta ya esta criada. ja ja
    hice un "libro", una bitácora desde que supe que estaba embarazada con todas las ecografías (una por mes) , las fotos y los cambios que se producían en mi cuerpo, mis miedos, las preguntas para la obstetra, etc., aun conservo el molde de la pansa que hice con una amiga en yeso, el librito ahora no esta muy actualizado, comenzó siendo agenda diaria, luego paso a ser semanal, mensual y ahora parece ser anual, cada vez hay menos tiempo para escribir.
    estabamos tan enamorados de nuestra hija que decidimos tener mas, nos veíamos como padres y nos encantaba, yo volví a estudiar (había dejado el iuna un año entero y necesitaba retomar).
    Hice cursos y talleres de pre parto, musicoterapia, yoga para embarazadas y sentía tanta luz de mi bebé que sabia que su nombre estaría relacionado, por eso le puse Lucio, el gordo eligió Bartolome y bue, quedo Lucio Bartolome, yo estaba cursando actuación de 3 año y con mucha calma le dije al profe "estoy con contracciones necesito retirarme" todo el mundo enloquecio, iban y venían corrían y no me dejaban irme caminando, un compañero me llevo al hostipal Rivadavia, era miercoles y Lucio no iba a nacer hasta el viernes... eso fue malo quedar internada tanto tiempo, solo pensaba en Valen era muy chiquita para estar sin mi, eso me angustiaba y tal vez me retrasaba el parto, yo queria estar en mi casa, con mi hija, ducharme cómoda, relajada y no en la frialdad de ese edificio. practique las cuclillas por meses, tenían un sillón de parto y yo quería usarlo, que nazca para abajo, con la gravedad a favor, pero no fue así, los medicos no querian usarlo, el gordo, recien entro a ultimo momento, hubo episiotomía, pero no me dolieron los puntos, fue raro, fue peleado, pero el momento de dar a luz es increíble, ver un ser que sale de adentro de una, pero que es otra persona, es tu hijo, es un otro, no una extencion tuya, es otro ser con otra personalidad, otras inquietudes y gustos particulares, entender ésto en ese momento y ahora después de 11 años, guaau es increíble.
    Lucio si era chiquitito 3.080 kg. y 10 cm menos que la hermana y ahora la pasa, es un oso.
    Gracias Caro por todo este relato que surgió a partir de tus anécdotas, un placer compartir esto, me siento muy bien. huuuuuuu catártico ja ja

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    1. Gracias Paula por compartir tu experiencia y con tanta dedicación!!! :)

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