martes, 24 de junio de 2014

Cuánto cuesta en dinero tener un parto respetado

Hablar de cuánto cuesta en dinero tener un parto respetado es un tema que me está dando vuelta desde hace un tiempo en mi cabeza. Y como todo, vuelvo a reconfirmar que la información es clave. Y no sólo la calidad de la información, sino como paso para el conocimiento real de la decisión a tomar. La cuñada de una amiga está haciendo sus prácticas de partera y me contaba cómo mamás profesionales han querido NO pagar los honorarios a la partera porque dijeron que no habían hecho nada. Pero yo pienso: cuánto mejor que NO hagan nada e intervengan innecesariamente. Pero el tema tiene unos cuantos grises. Si pago una medicina prepaga y voy a parir a una Institución, se supone que está todo cubierto. Sin embargo, no dejo de leer en distintos grupos de Facebook que los obstetras están pidiendo honorarios extras por sus servicios, que luego se ajustarán a los protocolos de las Instituciones y la promesa del respeto puede quedar volando por ahí. Si decido un parto en casa, lo que me vayan a cobrar tengo qué pautarlo desde antes y determinar qué incluirá y también pensar de antemano el plan B de ser necesario. Ahora, si contrato parteras u obstetras para buscar un parto en casa o respetado no implica que el parto sea según lo imaginaste. No se compra eso. Pero sí tendría que pagar los honorarios de quienes trabajaron y se comprometieron para acompañarme más allá de los resultados. Los aranceles que están manejando actualmente no los conozco en forma certera, pero van a variar dependiendo, por supuesto de cuánta gente conforme el equipo (parteras, obstetras, neonatólogos). Y quiénes integren ese equipo será en consecuencia de nuestros valores, creencias, miedos o recomendaciones. 

Así como me leen, para mi primer parto, desinformado, pagué la diferencia del plan de prepaga que me daba el trabajo por uno más alto para parir en la Maternidad Suizo Argentina y creo que era porque el resto de mi entorno paría ahí. Ni lo sé. Con Vicente arranqué igual, con el cambio de plan. Y luego hice el recorrido que me hizo llegar a Carlos Burgos y ese plan me permitía el reintegro de las visitas, pero no me cubría los honorarios del parto. Los honorarios de tener un obstetra y una partera eran altos en ese momento y no nos fue fácil juntar la plata pero lo hicimos, pensando que si era necesario un Plan B, el obstetra iba a hacer una cesárea respetada. Y qué decir, les puedo contar que Carlos Burgos sacó las fotos!! Jajaj y sí, no hizo nada más que eso, y Ale Mazzeo, la partera, me acompañó pero sin intervenciones. Y la verdad que ese “no hacer” me posibilitó a mí tener una experiencia inolvidable. Y decirnos, con mi compañero que bien valió lo que pagamos y lo volveríamos a hacer, aún teniendo que pedir plata prestada.

También puedo contarles que presentamos un pedido de reintegro por Defensa del Consumidor de honorarios de Parto a Osde (que tenía en ese momento) y después de un tiempo y por una mediación eso fue reintegrado. Pero por supuesto que cada uno sabe de sus posibilidades. Y también creo que si el dinero es un impedimento, también se puede conversar con quiénes elegimos parir. Siempre sabiendo que hay un trabajo por pagar. Y que sea respetado, natural, no significa que no tenga un valor de trabajo que pagar. Pero sí estoy convencida que ese “valor” dependerá de nuestros deseos, valores, información y camino recorrido. 

Beso de hermana a hermano

lunes, 16 de junio de 2014

Parir en Casa o en una Institución

Cuando parí a Luna hace seis años atrás en una Institución, ni siquiera se me cruzaba que había otras opciones. Y cuándo parí a Vicente hace 3 años atrás y supe que era posible, hermoso y amoroso parir en casa, realmente se abrió otro mundo para mí. Sin embargo, llegué a ese momento dejando abierta la puerta a lo que sucediese. Aún no estaba 100% segura que sería en casa.

A veces nos pasa que estamos casi 99 por ciento seguras de que queremos parir en casa pero algún factor se nos cuela para hacernos dudar. El miedo, la inseguridad, nuestr@ compañer@, nuestra historia. Qué harías? Cómo lo resolverías? 

Lo que me sucedió hace tres años atrás es que me involucré en un proceso dónde en 4 meses fui cambiando tanto tanto tanto que la opción de parir en casa, cuándo antes me parecía que le correspondía sólo a valientes mujeres "hippies"¿¿???, se me tornó viable. En ese proceso donde el ACE (Abordaje Corporal Emotivo-1-) y mis compañeras de grupo fueron el factor principal de habilitación de mi cambio, fui descubriendo con las cosas que tendría que lidiar. La principal a mi entender, tenía que ver con la estructura externa que necesitaba para sentirme segura. Esa estructura la conseguí siendo acompañada por un equipo con partera y médico. (Acá quiero hacer un pequeño paréntesis porque sé que muchas personas pueden pensar en el “gasto” o “inversión” que eso signifique pero sería para un post aparte. Mi aclaración es que no nos sobraba el dinero, pagábamos una obra social y tuvimos que pensar el tema del dinero). Confiando en ese equipo y con las ganas que yo tenía de atravesar el parto, me lancé a la experiencia dejando un par de puertas abiertas. A saber: mi lema era...quiero avanzar mucho en el trabajo de parto en casa. Si me es fácil sigo allí y si no vamos a la institución. Y por otro lado pensaba que si tenía que ser una cesárea, mejor que la hiciera un médico que consideraba el modo respetuoso de parir. Y sucedió que me fue fácil atravesarlo o atravesable, maravilloso. Valió la pena.

Ahora si hoy me preguntara si haría lo mismo, con toda la información que tengo más los relatos y experiencias que recabé, intentaría algo muy similar. No sé si necesito tanta estructura porque creció mucho mi estructura interna, pero sí sé que llegar a la Institución sería lo último y si es estrictamente necesario. Los protocolos a aplicar son nefastos y el poder que se adjudica a cada ser del engranaje médico es insoportable. Y el modo con el cual infantilizan y violentan a la mujer es espantoso. Entonces pienso: tenemos que hacer algo!!  Y acá dudo un poco entre el efecto del huevo y la gallina. Si dejamos de parir en instituciones esto irá in crescendo, si pujamos porque se respeten nuestros derechos y  porque se acepten y se apliquen los planes de parto en las instituciones me parece válido y me encanta. Pero una mujer pariendo no puede estar utilizando su energía para abrir los ojos al sistema, no. La adrenalina se apodera del cuerpo interviniendo en el proceso natural. Aún no tengo claro cuál es el camino. Me gusta el plan intermedio que propone el PSI (Parto Sin Intervención -2-) del Austral pero no es accesible para todo el mundo por dinero y ubicación geográfica.

Estamos siendo parte de una generación que se está moviendo. No lo desestimemos a eso. Sigamos así  preguntándonos, animándonos, informándonos. Gotita a gotita de información. El entusiasmo contagia. A mí me pasó y por eso todas las semanas comparto con el ciberespacio un poquito...alguien se contagiará, alguien se preguntará y alguien cambiará su destino.

Con Ale Mazzeo revisando a Vicente en sus primeras horas de nacido EN CASA




(1)http://www.partolibre.com.ar/
(2)http://www.hospitalaustral.edu.ar/pssi.asp

martes, 10 de junio de 2014

El amor al bebé

Buscando nombre para el blog, pidiendo ayuda a amigas, tratando de transmitir el poder de la información en el embarazo y el parto y tratando de no quedarme encasillada, el blog se encontró con el nombre Saber, parir, amar que hoy conocen. En principio porque el SABER me indica que la información es clave. Y tener varias posturas de un tema y que esas posturas nos hagan pensar nos servirá para tomar decisiones. Y esas decisiones no nos servirán sólo para PARIR, sino también para CRIAR. Y el CRIAR no es lo mismo hacerlo operativamente que con AMOR.

Y acá seguramente a nadie se le ocurrirá imaginar que se puede criar sin amor. Es como que en nuestra cabecita de seres maternales ni lo pensamos. Pero qué nos garantiza que al nacer nuestro bebé vamos a amarlo en el primer instante. Y después de ese instante. Y cuando llore toda la noche y todo el día, y cuando haga berrinches y cuando no responda a lo que esperamos. Por supuesto que parece una locura lo que estoy diciendo, pero no lo es.

Alguna vez entendí, después de leer varios libros de Laura Gutman (www.lauragutman.com.ar) y de pasar por mis propios procesos de indagación, qué la convivencia de múltiples necesidades es muy difícil. Y en la lucha de las necesidades que priman (la mía y la de mi hijo), quién va a ganar? Seguramente la necesidad del más fuerte. Y si gana la del menor, tendríamos que ver con qué costo, no?

Pero voy a hablar de mí, cada cual hará con su amor y sus necesidades lo que le plazca. A mí me costó muchísimo, aún habiendo forzado el estar con mi bebé full time. Creyendo que sabía de sus necesidades, que me conectaba profundamente y pensando que sabía lo que me estaba pidiendo Luna. Le di 7 meses de mí tomando una licencia extendida. Le di un año y medio de teta para ella sola aún comenzando a trabajar. Le di wawita, upa, besos y abrazos, pero era eso? realmente eso lo que ella quería? Le armé un combo de niñera y guardería cara para volver a trabajar y me justifiqué de miles maneras. A la distancia pude ver mi distancia.

Cuando pude contactar con mi infancia y pude reconocer la realidad de lo que allí sucedió y no sólo de lo que fue dicho, pude darme cuenta de cuál era la necesidad que yo estaba llorando con ella. Y cuándo empecé la Escuela de Formación con Laura Gutman y me choqué con historias y más historias de desamparo y violencia de las infancias colectivas pude entender más. Cómo estamos todos intentando ser adultos desde el lugar que venimos, con nuestras carencias, con nuestras necesidades. Qué difícil, no?

Pero también todo este proceso hace que quiera cambiar la historia. Sí, soy un tanto utópica. Pero por lo menos quiero cambiar “mi historia”. Lo que construyo con mis hijos. Quiero que mis hijos sean escuchados, amados, acompañados, comprendidos, mirados de verdad. Si me cuesta? Sí, horrores. Es un trabajo intenso. Además es conmigo, con ellos y con mi compañero a quién tengo que explicarle el por qué de algunas cuestiones. Sí voy viendo resultados? Sí, varios y voy también cambiando todo el tiempo.

No sé si seré muy clara. A veces me confundo un poco. Igual tengo la sensación que esta generación se está cuestionando mucho más todo....ojalá...Pero tengamos más paciencia y tengámonos más paciencia.


Sé que es un tema largo, intenso y que invita al debate. Yo sólo quiero decirles, según mi experiencia, que se necesita a veces de cierta información y acompañamiento. Amar altruistamente es re díficil. Pensar en dar y dar todo para un otro recibiendo poco suele ser muy duro. El bebé necesita calor, teta, mamá, upa y mucho cuerpo. Sin cansancio. Sin tomarnos el tiempo. Sin  conciencia.  Y nosotros? Jajaja seguramente estemos necesitando eso mismo...y nuestro bebé lo sienta.
Luna y Vicente (6 y 3)

Luna y Vicente (3 y 0)

lunes, 2 de junio de 2014

Cómo moverme desde el dolor al placer en el trabajo de parto

En uno de mis primeros posts me refería al dolor del parto, y a cómo los había vivido en mis dos experiencias (http://saberpariramar.blogspot.com.ar/2014/02/el-primer-miedo-el-dolor-del-parto.html) pero me gustaría compartir con ustedes algunas cositas para tener en cuenta a la hora de pensar el dolor desde otro lugar. Existe un modo para pasar del dolor al placer? Es posible? Qué trucos tener en cuenta para un trabajo de parto y parto placentero?

Es importante entender que cuando comenzaron los partos en las instituciones, si bien se empezaron a salvar muchas vidas, las mujeres perdimos el conocimiento de nuestro cuerpo y nos entregamos al saber médicos. Y empezamos a parir solas en una camilla o mejor dicho con un equipo de personas que nos desconecta de nuestras sensaciones y nos dice cómo parir.

Igual, cada uno tiene la libertad de parir dónde le plazca, algunas mamás elegirán un parto en su casa, otras querrán hacer un trabajo de parto largo y llegar a la institución a punto de parir y otras irán frente al primer dolor a la Institución (lo que menos recomendaría). Aquí quería hablar de cómo pasar del dolor al placer durante el trabajo de parto. En parte tiene que ver con la información que nos da seguridad en las señales del cuerpo y confianza. Eso lo podemos construir realizando algún trabajo grupal durante el embarazo (yo realicé el Abordaje Corporal Emotivo con Raquel Schallman), practicando yoga; entendiendo la fisiología del parto y conociendo las hormonas que intervienen en el mismo (para esto recomiendo el libro El bebé es un mamífero de Michel Odent y Parto Orgásmico de Casilda Rodrigañez. Estar abierta a la idea de que el parto puede ser placentero, nos puede ayudar a experimentarlo de modo diferente.

Aquí voy a enumerar algunas recomendaciones de lo que a mí me sirvió para que todo sea un proceso natural. Voy a hablar del parto de Vicente (que fue en casa) porque con Luna como saben, llegué muy temprano a la Institución y de ahí en más fue hiper intervenido.

1.  Dejar que el trabajo de parto empiece naturalmente. Es importantísimo que las hormonas activen el nacimiento, porque es el bebé el que nos anuncia que está preparado para nacer. La inducción (al menos que haya una razón médica verdadera) puede llevarnos a una cesárea. Los dolores provocados por las hormonas naturales son atravesables.

2.  Movernos como querramos. Las contracciones naturales producidas por la oxitocina que libera nuestro cuerpo, aumentan la libertad de responder a ellas moviéndonos, cambiando posiciones o relajándonos en la bañadera. Elegí lo que necesites, no lo que te indiquen. A mi me sirvió estar un rato en la bañadera, dormir un poco, abrazar la pelota de esferodinamia.

3.  Amigarse con los miedos. El miedo hace que el trabajo de parto sea más largo porque al producir adrenalina y cortisol, las hormonas del stress actúan inhibiendo la producción de la oxitocina. Recomiendo pensar en los miedos, saber a qué le tememos, trabajar sobre ellos antes de llegar a este día. El día que llegó el parto de Vicente yo quería ATRAVESARLO y no pensar en nada más.

4. La música. Cantar, si te gusta, cambia el humor y nos alegra. Y si no te gusta cantar, escuchar la música favorita e inspiradora es una excelente opción para transitar las contracciones. Está bueno tener a mano tu lista de temas para escuchar o cantar. Yo puse la computadora con mis cds favoritos, recuerdo pariendo a Vicente mientras sonaba Sinnead O Connor y Lenny Kravitz. Un placer.

5. Bailar. Dicen por ahí que la danza del vientre es la ideal.  Creo que mover el cuerpo al ritmo de la música (sea cual fuere) es buenísimo. Yo me ayudé con la pelota de esferodinamia y balanceando las caderas suavemente. Y confieso que fue el mejor modo de atravesar las últimas contracciones.

6.  El ambiente que creamos. Si buscamos un rinconcito donde nos sentimos a salvo y seguros, donde la temperatura es cálida, donde la luz no nos enceguece, donde tenemos almohadones, colchón y mantas, qué más podemos esperar? Yo elegí mi habitación, con un velador de luz rojiza, una pelota de esferodinamia, un almohadón de amamantar y el colchón. Y fue mi lugar ideal y de privacidad.

7.  Contención constante. La que quieras elegir. Tu pareja, una doula, una partera, lo que necesites según tu elección de parto. Ideal que sea segur@, silencios@, que no se estrese, que no tenga miedos, que no nos haga dudar ni un instante. Para mi parto en casa, yo elegí la partera como contención. El obstetra en el living por si las moscas y mi pareja atendiendo los asuntos operativos.

 


Con estos secretitos tuve el mejor trabajo de parto y parto esperado. Tenía plan B, no esperaba que fuera de un único modo. Me entregué a atravesarlo y salió buenísimo!!!