En uno de mis primeros posts me refería al dolor del parto,
y a cómo los había vivido en mis dos experiencias (http://saberpariramar.blogspot.com.ar/2014/02/el-primer-miedo-el-dolor-del-parto.html)
pero me gustaría compartir con ustedes algunas cositas para tener en cuenta a
la hora de pensar el dolor desde otro lugar. Existe un modo para pasar del
dolor al placer? Es posible? Qué trucos tener en cuenta para un trabajo de
parto y parto placentero?
Es importante entender que cuando comenzaron los partos en
las instituciones, si bien se empezaron a salvar muchas vidas, las mujeres
perdimos el conocimiento de nuestro cuerpo y nos entregamos al saber médicos. Y
empezamos a parir solas en una camilla o mejor dicho con un equipo de personas
que nos desconecta de nuestras sensaciones y nos dice cómo parir.
Igual, cada uno tiene la libertad de parir dónde le plazca,
algunas mamás elegirán un parto en su casa, otras querrán hacer un trabajo de
parto largo y llegar a la institución a punto de parir y otras irán frente al
primer dolor a la Institución (lo que menos recomendaría). Aquí quería hablar
de cómo pasar del dolor al placer durante el trabajo de parto. En parte tiene
que ver con la información que nos da seguridad en las señales del cuerpo y
confianza. Eso lo podemos construir realizando algún trabajo grupal durante el
embarazo (yo realicé el Abordaje Corporal Emotivo con Raquel Schallman),
practicando yoga; entendiendo la fisiología del parto y conociendo las hormonas
que intervienen en el mismo (para esto recomiendo el libro El bebé es un
mamífero de Michel Odent y Parto Orgásmico de Casilda Rodrigañez. Estar abierta
a la idea de que el parto puede ser placentero, nos puede ayudar a
experimentarlo de modo diferente.
Aquí voy a enumerar algunas recomendaciones de lo que a mí
me sirvió para que todo sea un proceso natural. Voy a hablar del parto de
Vicente (que fue en casa) porque con Luna como saben, llegué muy temprano a la
Institución y de ahí en más fue hiper intervenido.
1. Dejar
que el trabajo de parto empiece naturalmente. Es importantísimo que las
hormonas activen el nacimiento, porque es el bebé el que nos anuncia
que está preparado para nacer. La inducción (al menos que haya una razón médica
verdadera) puede llevarnos a una cesárea. Los dolores provocados por las
hormonas naturales son atravesables.
2. Movernos
como querramos. Las contracciones naturales producidas por la oxitocina que
libera nuestro cuerpo, aumentan la libertad de responder a ellas moviéndonos,
cambiando posiciones o relajándonos en la bañadera. Elegí lo que necesites, no
lo que te indiquen. A mi me sirvió estar un rato en la bañadera, dormir un
poco, abrazar la pelota de esferodinamia.
3. Amigarse
con los miedos. El miedo hace que el trabajo de parto sea más largo porque al
producir adrenalina y cortisol, las hormonas del stress actúan inhibiendo la
producción de la oxitocina. Recomiendo pensar en los miedos, saber a qué le
tememos, trabajar sobre ellos antes de llegar a este día. El día que llegó el
parto de Vicente yo quería ATRAVESARLO y no pensar en nada más.
4. La
música. Cantar, si te gusta, cambia el humor y nos alegra. Y si no te gusta
cantar, escuchar la música favorita e inspiradora es una excelente opción para
transitar las contracciones. Está bueno tener a mano tu lista de temas para
escuchar o cantar. Yo puse la computadora con mis cds favoritos, recuerdo
pariendo a Vicente mientras sonaba Sinnead O Connor y Lenny Kravitz. Un placer.
5. Bailar.
Dicen por ahí que la danza del vientre es la ideal. Creo que mover el cuerpo al ritmo de la
música (sea cual fuere) es buenísimo. Yo me ayudé con la pelota de
esferodinamia y balanceando las caderas suavemente. Y confieso que fue el mejor
modo de atravesar las últimas contracciones.
6. El
ambiente que creamos. Si buscamos un rinconcito donde nos sentimos a salvo y
seguros, donde la temperatura es cálida, donde la luz no nos enceguece, donde
tenemos almohadones, colchón y mantas, qué más podemos esperar? Yo elegí mi
habitación, con un velador de luz rojiza, una pelota de esferodinamia, un
almohadón de amamantar y el colchón. Y fue mi
lugar ideal y de privacidad.
7. Contención
constante. La que quieras elegir. Tu pareja, una doula, una partera, lo que
necesites según tu elección de parto. Ideal que sea segur@, silencios@, que no
se estrese, que no tenga miedos, que no nos haga dudar ni un instante. Para mi
parto en casa, yo elegí la partera como contención. El obstetra en el living
por si las moscas y mi pareja atendiendo los asuntos operativos.
Con estos secretitos tuve el mejor trabajo de parto y parto
esperado. Tenía plan B, no esperaba que fuera de un único modo. Me entregué a
atravesarlo y salió buenísimo!!!
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