lunes, 2 de junio de 2014

Cómo moverme desde el dolor al placer en el trabajo de parto

En uno de mis primeros posts me refería al dolor del parto, y a cómo los había vivido en mis dos experiencias (http://saberpariramar.blogspot.com.ar/2014/02/el-primer-miedo-el-dolor-del-parto.html) pero me gustaría compartir con ustedes algunas cositas para tener en cuenta a la hora de pensar el dolor desde otro lugar. Existe un modo para pasar del dolor al placer? Es posible? Qué trucos tener en cuenta para un trabajo de parto y parto placentero?

Es importante entender que cuando comenzaron los partos en las instituciones, si bien se empezaron a salvar muchas vidas, las mujeres perdimos el conocimiento de nuestro cuerpo y nos entregamos al saber médicos. Y empezamos a parir solas en una camilla o mejor dicho con un equipo de personas que nos desconecta de nuestras sensaciones y nos dice cómo parir.

Igual, cada uno tiene la libertad de parir dónde le plazca, algunas mamás elegirán un parto en su casa, otras querrán hacer un trabajo de parto largo y llegar a la institución a punto de parir y otras irán frente al primer dolor a la Institución (lo que menos recomendaría). Aquí quería hablar de cómo pasar del dolor al placer durante el trabajo de parto. En parte tiene que ver con la información que nos da seguridad en las señales del cuerpo y confianza. Eso lo podemos construir realizando algún trabajo grupal durante el embarazo (yo realicé el Abordaje Corporal Emotivo con Raquel Schallman), practicando yoga; entendiendo la fisiología del parto y conociendo las hormonas que intervienen en el mismo (para esto recomiendo el libro El bebé es un mamífero de Michel Odent y Parto Orgásmico de Casilda Rodrigañez. Estar abierta a la idea de que el parto puede ser placentero, nos puede ayudar a experimentarlo de modo diferente.

Aquí voy a enumerar algunas recomendaciones de lo que a mí me sirvió para que todo sea un proceso natural. Voy a hablar del parto de Vicente (que fue en casa) porque con Luna como saben, llegué muy temprano a la Institución y de ahí en más fue hiper intervenido.

1.  Dejar que el trabajo de parto empiece naturalmente. Es importantísimo que las hormonas activen el nacimiento, porque es el bebé el que nos anuncia que está preparado para nacer. La inducción (al menos que haya una razón médica verdadera) puede llevarnos a una cesárea. Los dolores provocados por las hormonas naturales son atravesables.

2.  Movernos como querramos. Las contracciones naturales producidas por la oxitocina que libera nuestro cuerpo, aumentan la libertad de responder a ellas moviéndonos, cambiando posiciones o relajándonos en la bañadera. Elegí lo que necesites, no lo que te indiquen. A mi me sirvió estar un rato en la bañadera, dormir un poco, abrazar la pelota de esferodinamia.

3.  Amigarse con los miedos. El miedo hace que el trabajo de parto sea más largo porque al producir adrenalina y cortisol, las hormonas del stress actúan inhibiendo la producción de la oxitocina. Recomiendo pensar en los miedos, saber a qué le tememos, trabajar sobre ellos antes de llegar a este día. El día que llegó el parto de Vicente yo quería ATRAVESARLO y no pensar en nada más.

4. La música. Cantar, si te gusta, cambia el humor y nos alegra. Y si no te gusta cantar, escuchar la música favorita e inspiradora es una excelente opción para transitar las contracciones. Está bueno tener a mano tu lista de temas para escuchar o cantar. Yo puse la computadora con mis cds favoritos, recuerdo pariendo a Vicente mientras sonaba Sinnead O Connor y Lenny Kravitz. Un placer.

5. Bailar. Dicen por ahí que la danza del vientre es la ideal.  Creo que mover el cuerpo al ritmo de la música (sea cual fuere) es buenísimo. Yo me ayudé con la pelota de esferodinamia y balanceando las caderas suavemente. Y confieso que fue el mejor modo de atravesar las últimas contracciones.

6.  El ambiente que creamos. Si buscamos un rinconcito donde nos sentimos a salvo y seguros, donde la temperatura es cálida, donde la luz no nos enceguece, donde tenemos almohadones, colchón y mantas, qué más podemos esperar? Yo elegí mi habitación, con un velador de luz rojiza, una pelota de esferodinamia, un almohadón de amamantar y el colchón. Y fue mi lugar ideal y de privacidad.

7.  Contención constante. La que quieras elegir. Tu pareja, una doula, una partera, lo que necesites según tu elección de parto. Ideal que sea segur@, silencios@, que no se estrese, que no tenga miedos, que no nos haga dudar ni un instante. Para mi parto en casa, yo elegí la partera como contención. El obstetra en el living por si las moscas y mi pareja atendiendo los asuntos operativos.

 


Con estos secretitos tuve el mejor trabajo de parto y parto esperado. Tenía plan B, no esperaba que fuera de un único modo. Me entregué a atravesarlo y salió buenísimo!!! 



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