martes, 25 de marzo de 2014

La epidural o anestesia peridural

Hace ya casi 6 años, entraba en la Maternidad Suizo Argentina con intensos dolores en la zona lumbar y sabiendo que faltaba poco para que naciera Luna. Después del encuentro con la partera. Después de que mandara a vestir para ingresar a la sala de partos, vino un Señor Anestesista (no recuerdo el nombre, no lo conocía) y me hizo poner en posición fetal para ponerme la famosa anestesia peridural o epidural (1). Esa anestesia que me quitaría el dolor de las contracciones y que me permitiría (según había escuchado en el curso de preparto) sentir cuándo tenía que pujar y demás.

Primero sentí un frío intenso, supongo hoy que era el pinchazo de la anestesia previa para que no duela la anestesia peridural. Luego pensaba y si en medio de la contracción me muevo y me la coloca en otro lado?? Y entre miedos, ansiedades y demás, dijo: listo, ya está. Y se me desdibujan un poco esos recuerdos. Y estoy acostada en la camilla, con las piernas flexionadas sobre la camilla y siento que me agarra una somnolencia. Y entre tanta lectura de primeriza pensé que era esa desconexión del neocortex lo que me estaba pasando porque estaba por nacer Luna. Pero no. Supe después que la anestesia puede producir somnolencia y aletargamiento. También puede provocarle eso al bebé. Qué ilusa yo.

Algo real sucedió, los dolores de las contracciones se alejaron, pero no tenía idea de cuándo pujar… me lo tenía que indicar la partera. No sentía ni siquiera presión. Igual pujé y la cabecita de Luna apareció y nació y me la mostraron y se la llevaron. Cuando pasó eso el obstetra se quedó trabajando, sacando placenta, cosiendo episiotomía (ahí recuerdo que me dolió y administraron un poco más). Cuando se fueron médicos, enfermeras, camilleros y demás después del clásico: muy buen trabajo mamita! Y me quedé sola en el pasillo esperando a Ignacio con Luna empecé a tener chuchos de frío y a temblar. Fea sensación. Muy fea. Y más tarde tuve que tener mucho cuidado de levantarme e ir al baño y necesité que me acompañaran hasta que mis piernas recobraran fuerzas.
Pero el parto no dolió. Ja.
Tres años más tardes, cuando inició el recorrido que me llevaría a parir a Vicente a casa, en mi primer visita a Raquel Schallman le dijo: yo quiero todo un trabajo de parto largo en casa, pero quiero parir en institución y con anestesia. Sí, sí, esta bloguera dictaminó eso.

Seguí mi camino y pensaba: existirá la posibilidad de tener anestesia en domicilio por ejemplo? Por si uno no se aguanta el dolor?

Leí, me informé, escuché y un día me pareció que esa anestesia “salva dolores fuertísimos” era un arma de doble filo. Y podía dañar al bebé. Y podía hacer que no sintiera el proceso de parir. Y a esa altura, eso ya no me gustaba. Quería sentir. Sí, sí, quería experimentar parir sintiendo cada momento y además: cuánto podría durar ese dolor? No más que hasta que naciera mi bebé.
Y así fue, y Vicente nació sin que me hayan puesto anestesia. Y no me dormí. Y mi cuerpo sintió ese pasaje de mi hijo llegando al mundo. Sentí que me desarmaba pero amaba esa sensación. Y tal vez me colgué en algún momento. Se liberó mi parte racional, pero no me dormí. Y luego no temblé de frío. Y antes no morí de dolor. Y no fue necesario. Sólo estuve extasiada de amor.
Esta es mi experiencia. Siempre hay muchas más, como personas y partos existan. Hay que saber que la anestesia la ponen como parte del protocolo luego de administrar oxitocina sintética. Las contracciones provocadas con la oxitocina sintética son muuuuuy dolorosas y sin anestesia a veces no se soportan. Y estresan a la mamá y el bebé. Por eso informarnos es clave y necesario.
Qué experiencia tuviste? Con o sin anestesia?

Con Luna en sus primeros días

Con Vicente en sus primeros días



(1)    La epidural o anestesia peridural es la introducción de anestésico local en el canal medular,  bloqueando así, las terminaciones nerviosas en su salida de la médula.   Ha creado toda una revolución en la atención del parto marcando un antes y un después en la historia de la obstetricia ya que permite mantener consciente en todo momento a la mamá a la vez que bloquea la sensación de dolor en la parte inferior del cuerpo.

3 comentarios:

  1. Sin anestesia, en casa... fue una locura hermosa, el poder empoderarme, sentir sentir....increible!!

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  2. Hermoso Caro!
    Los partos de mis hijos fueron sin anestesia de ningún tipo, ni vía, ni pinchazo. El primero no fue para nada doloroso, pero sí muy cansador, en un momento las piernas me temblaban de debilidad. El segundo con un par de contracciones dolorosas como un calambre. Intensísimas, pero al mismo tiempo hermoso sentir cómo mi cuerpo se abría, cómo se adaptaba al movimiento del bebé. Sólo dolió un poco la presión de la cabeza de Lila queriendo salir cuando yo aún estaba casi parada. Sentí cómo se movía ella, luego yo respiraba, luego ella se movía, luego podía yo. Fué un baile hermoso entre las dos. Un baile que terminó en el abrazo de bienvenida.

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