Cuando nos embarazamos un nuevo cuerpo crecerá dentro del
nuestro. Pero el nuestro, lo conocemos?
Tengo una historia de hacer muchas dietas y ejercicio y
llevar mi cuerpo al límite, pero de ahí a conocerme gestando un bebé, es muy
diferente. Entender cómo ese bebé que crece adentro nuestro va a salir por un
camino que nosotras le abriremos: es guauuuu!
Debo confesar que en mi primer embarazo me concentré en
brindarle un cuerpo medianamente saludable: caminatas, yoga, comer
“sano”…total, después pariría cómo me decían que tenía que parir. Y no tuve ni idea. Y dejé que me rompieran la
bolsa, que me cortarán y tantas cosas más.
En el segundo embarazo y después de haber pasado por un
“reposo” por bebé chiquito y haber sido diagnosticada con “diabetes
gestacional” y algunos temas como el hierro, llegué al grupo ACE (abordaje
corporal emotivo) que dicta Raquel Schallman(1) y me enteré de otras cosas más
interesantes como por ejemplo que las embarazadas no estamos enfermas y que
para parir bien hay que conocer nuestro cuerpo.
Y aquí las invito a googlear y VER el hueso de la pelvis o
por qué no tocarse un poco la zona y descubrir esa puntita (conocida como el
huesito dulce) y saber que si nos acostamos esa puntita molesta a la cavidad
redonda por donde pasará el bebé, pero si probamos otras posiciones (por
ejemplo de cuclillas), ese huesito toma otra posición y permite un buen pasaje.
Pero esto lo supe ahí. Y me acosté en el suelo y toqueteé mi pelvis y lo percibí,
lo comprendí. Y comprendí el sinsentido que era forzar una posición acostada
para comodidad del médico. Pero si yo lo sé, puedo modificarlo. Si lo ignoro,
no.
Otra de las cosas que aprendí es que para atravesar las
contracciones, que son como olas de mar (o sea que se inician suave, tienen un
pico y se desarman) había que buscar movimientos (caminar, sentarme, bailar,
apoyarme en una pared) y posiciones que nos hicieran bien, que nos llevaran a
no producir adrenalina (si nos asusta la contracción producimos adrenalina y duele).
Y lo ideal es que cada una busque qué es lo mejor para su
cuerpo. La intimidad, la baja luz, la armonía, los ricos olores. Pero conocer
nuestro cuerpo es amarlo, tocarlo, quererlo y confiar en sus expresiones.
Por eso hace poco, me asusté un poco cuando una conocida
(profesora de yoga ella), con ganas de buscar un primer parto cuidado, me dijo
que no podía faltar a la clase de preparto que le proponía el obstetra, que era
la más importante, la de la “respiración” y pensé: qué locura que alguien le quiera
enseñar a respirar y a una profe de yoga y que ella pueda pensar que es así.
Por eso, abramos de a poquito los ojos. Informémosnos.
Conocer el cuerpo de cada una da poder. Ese poder nos ayudará a cuestionar lo
que nos imponen por protocolo, sociedad, mitos y creencias.
Les regalo también una canción que me gusta mucho de Andrea
Etcheverry “AEMEO”
(1)
http://www.partolibre.com.ar/
Me encanta, Carolina, tu mirada y tu mensaje. Ya lo dije antes y lo repito: es compañía para todas aquellas personas que elegimos transitar por este camino.
ResponderEliminarGracias Cynthia por pasar, leer y compartir!
Eliminar