Desde que
empecé a escribir las notas busqué feedback en amigas para saber si estaba
siendo clara. Creo que eso lo logré. Pero también una amiga me pidió más. Me
dijo: yo quiero saber más de fondo si cambia la relación con el bebé, la
conexión emocional según la forma de parir. Y me gustó el desafío de responder
esa pregunta. Pero también responderla me invitó a cuestionarme un poco más y a
abrirles mi corazón, mi intimidad. Pero de eso se trata. Y cómo todo, debo
decir que lo que me haya pasado a mí, no significa que le pase a otro, pero un
otro puede hacerse una idea.
Mi primer
parto careció de información de cómo PARIR, pero sí tenía MUCHA info de
LACTANCIA. Entonces ahí no me importaron todas las intervenciones, pero sí quería
lograr que Luna llegara a mi teta en la primera hora después de haber nacido. Y
eso sucedió y la lactancia fue la que nos unió y formó un vínculo intenso y
raro entre nosotras. Pero debo confesar que muy “mental”. Sé que esto es lo mejor, sé que dar la teta es
lo más importante, sé que genera vínculo, luché contra cualquier leche
maternizada que quiso acercarse. Eso lo
sostuve desde un lugar de “cruzada”, pero muy mental, de lo correcto, de la
exigencia.
Pero el resto no era así. No entendía nada de la maternidad. No
entendía por qué lloraba tanto. A los 45 días ya dormía fuera de la habitación
y cuándo yo no podía con ella, la dormía Ignacio. Hoy eso me duele.
Llegar a un
parto amoroso fue atravesar un camino con toda la transformación que eso me
trajo. Entonces, ya en el segundo parto, era una “cuestionadora” activa y en
potencia de todo. No podía creer cómo es que se llevan a los bebés en las
instituciones y le realizan tantas prácticas. Cómo no los dejan sobre el pecho
de la mamá! (a Luna la pusieron en una lámpara para que subiera la temperatura
corporal y sólo el contacto con mi pecho lo podría haber logrado!) Cómo ni me
lo había cuestionado! Entonces y sabiendo que ya estaba inmersa en un proceso
de transformación, el vínculo que se creó con Vicente desde su nacimiento fue
distinto. Bien mamífero. Mi cría, que parí y agarré con todos los fluidos, que
estornudó los que le sobraban, que despertó sobre el pecho de su mamá y se
prendió a la teta cuando quiso, ya es diferente.
Pero no creo que sea solo por la forma de
nacer. Pero aquí me enredo y creo que es como el huevo y la gallina. No
significa que no pueda establecer un vínculo amoroso y de conexión con el bebé
nacido en un parto desconectado, pero indefectiblemente si llego a un parto
amoroso y conectado, desde el vamos es diferente. Y todo en tu ser empieza a
ser diferente. Y ya no podés mirar para el costado. Y a partir de ahí creo que
no hay vuelta atrás.
Y vos, qué
nos contarías de cómo empezaste a vincularte? (1)
Luna apenas nació
Vicente apenas nació
(1) Hay un artículo muy lindo de Laura
Gutman que se llama Nunca es Tarde y nos invita a reparar vínculos. http://www.lauragutman.com.ar/?s=nunca+es+tarde
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