sábado, 8 de febrero de 2014

La conexión con el bebé


Desde que empecé a escribir las notas busqué feedback en amigas para saber si estaba siendo clara. Creo que eso lo logré. Pero también una amiga me pidió más. Me dijo: yo quiero saber más de fondo si cambia la relación con el bebé, la conexión emocional según la forma de parir. Y me gustó el desafío de responder esa pregunta. Pero también responderla me invitó a cuestionarme un poco más y a abrirles mi corazón, mi intimidad. Pero de eso se trata. Y cómo todo, debo decir que lo que me haya pasado a mí, no significa que le pase a otro, pero un otro puede hacerse una idea.

Mi primer parto careció de información de cómo PARIR, pero sí tenía MUCHA info de LACTANCIA. Entonces ahí no me importaron todas las intervenciones, pero sí quería lograr que Luna llegara a mi teta en la primera hora después de haber nacido. Y eso sucedió y la lactancia fue la que nos unió y formó un vínculo intenso y raro entre nosotras. Pero debo confesar que muy “mental”.  Sé que esto es lo mejor, sé que dar la teta es lo más importante, sé que genera vínculo, luché contra cualquier leche maternizada que quiso  acercarse. Eso lo sostuve desde un lugar de “cruzada”, pero muy mental, de lo correcto, de la exigencia. 

Pero el resto no era así. No entendía nada de la maternidad. No entendía por qué lloraba tanto. A los 45 días ya dormía fuera de la habitación y cuándo yo no podía con ella, la dormía Ignacio. Hoy eso me duele.

Llegar a un parto amoroso fue atravesar un camino con toda la transformación que eso me trajo. Entonces, ya en el segundo parto, era una “cuestionadora” activa y en potencia de todo. No podía creer cómo es que se llevan a los bebés en las instituciones y le realizan tantas prácticas. Cómo no los dejan sobre el pecho de la mamá! (a Luna la pusieron en una lámpara para que subiera la temperatura corporal y sólo el contacto con mi pecho lo podría haber logrado!) Cómo ni me lo había cuestionado! Entonces y sabiendo que ya estaba inmersa en un proceso de transformación, el vínculo que se creó con Vicente desde su nacimiento fue distinto. Bien mamífero. Mi cría, que parí y agarré con todos los fluidos, que estornudó los que le sobraban, que despertó sobre el pecho de su mamá y se prendió a la teta cuando quiso, ya es diferente.  

Pero no creo que sea solo por la forma de nacer. Pero aquí me enredo y creo que es como el huevo y la gallina. No significa que no pueda establecer un vínculo amoroso y de conexión con el bebé nacido en un parto desconectado, pero indefectiblemente si llego a un parto amoroso y conectado, desde el vamos es diferente. Y todo en tu ser empieza a ser diferente. Y ya no podés mirar para el costado. Y a partir de ahí creo que no hay vuelta atrás.

Y vos, qué nos contarías de cómo empezaste a vincularte? (1)

Luna apenas nació

Vicente apenas nació


(1) Hay un artículo muy lindo de Laura Gutman que se llama Nunca es Tarde y nos invita a reparar vínculos. http://www.lauragutman.com.ar/?s=nunca+es+tarde

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