jueves, 6 de febrero de 2014

Parto respetado: la información es clave

Soy mamá de Luna de 5 años (que nació en una Institución muy reconocida de Bs As), por parto vaginal totalmente intervenido y básicamente porque Ignacio y yo estábamos desinformados.

Un parto intervenido, en mi caso, significa que llegué con algunas contracciones pero el bebé aún no estaba a punto de nacer. Y allí, la partera me envió a la sala de partos, me puso una vía por dónde pasó oxitocina sintética, llamó al anestesista que me puso la peridural, me colocó el monitoreo fetal, y me hizo pujar lo cuando ella lo indicaba, rompió mi bolsa de aguas con un arpón y cuando la cabeza del bebé ya asomaba, “esperamos” al obstetra, que cortó mi perineo (Luna pesó 2.600 kg.), tomó la bebé, sacó mi placenta, luego me cosió y así fue. En dos horitas y sin dolores había parido. Clap clap clap. De lo que pasó con el bebé hablaremos en otro momento. Yo me quedé sola en un pasillo esperando que Ignacio y Luna aparecieran en algún momento.

Dos años después vuelvo a quedar embarazada y por cuestiones del destino llego a conocer a Raquel Schallman y me informa, en un primer encuentro que tuve con ella, de las “intervenciones” que había vivido en esa oportunidad y me invita a un grupo de Abordaje Corporal Emotivo y me propone un parto respetando mis tiempos.

Y ahí me empiezo a preguntar por  qué llegué al parto de Luna tan desinformada.

En su curso me encontré con un grupo de mujeres que, en un primer momento, me parecieron muy  distintas a mí y que hablaban de parto en casa, y de muchas cosas más. Pensé que tenía que huir, pero algo de mí me hizo permanecer. Y qué bueno que permanecí! Cuánto aprendí de cada una de ellas!

Esto sucedió en enero de 2011. Y a fines de abril nació Vicente en casa. En la habitación de mi casa. Sin sueros, sin medicamentos, sin anestesia, sin cortes, sin violencia. No porque no llegamos a la Institución, sino porque fui aprendiendo e informándome en todo ese camino acerca de lo que necesitaba una mujer para parir y un bebé para nacer. Y con la compañía de una partera que amorosamente acompañó los tiempos míos y del bebé y con un obstetra que sacó unas fotos hermosas. Y tan increíble fue todo que Vicente nació dormido con la bolsa de aguas en su cabeza.

Y a partir de ese momento me di cuenta que todas las mujeres podemos parir respetando nuestros tiempos. Qué el parir nos pertenece. Qué a través de los años las mujeres fueron pariendo en compañía de otras mujeres. Y qué diferente es parir respetando los tiempos del bebé y de lo que propone nuestro cuerpo.

No es mi idea que fomentar el parir en casa. Si no, informar acerca de cuáles son esas señales que tenemos que escuchar en nosotras cuando llega el momento. Y si voy a ir a una institución, conocer cuáles son mis derechos y saber qué procedimiento están realizando en mí y por qué.

“Para cambiar el mundo es preciso cambiar la manera de nacer” dijo Michel Odent (1) y estoy de acuerdo con ello.

(1)   Michel Odent (n. Oise en 1930) es un médico obstetra francés, y uno de los defensores más notables del parto natural, entendido como aquelparto en el que la intervención externa es la mínima posible.




Primeras horas de Luna

Primeras horas de Vicente


3 comentarios:

  1. Una pregunta, que requisitos te piden ara un parto en casa las parteras, ejemplo, que halla un pediatra? pregunto porque esa parte no la explican las mamas que hicieron parto en casa, quien les pone la vacuna de hepatitis, la vitamina todo eso q les dan cuando nacen?, quien los pesa?

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