Soy mamá de Luna de 5 años (que nació en una Institución muy reconocida
de Bs As), por parto vaginal totalmente intervenido y básicamente porque
Ignacio y yo estábamos desinformados.
Un parto intervenido, en mi caso, significa que llegué con algunas
contracciones pero el bebé aún no estaba a punto de nacer. Y allí, la partera
me envió a la sala de partos, me puso una vía por dónde pasó oxitocina
sintética, llamó al anestesista que me puso la peridural, me colocó el
monitoreo fetal, y me hizo pujar lo cuando ella lo indicaba, rompió mi bolsa de
aguas con un arpón y cuando la cabeza del bebé ya asomaba, “esperamos” al
obstetra, que cortó mi perineo (Luna pesó 2.600 kg.), tomó la bebé, sacó mi
placenta, luego me cosió y así fue. En dos horitas y sin dolores había parido.
Clap clap clap. De lo que pasó con el bebé hablaremos en otro momento. Yo me
quedé sola en un pasillo esperando que Ignacio y Luna aparecieran en algún
momento.
Dos años después vuelvo a quedar embarazada y por cuestiones del destino
llego a conocer a Raquel Schallman y me informa, en un primer encuentro que
tuve con ella, de las “intervenciones” que había vivido en esa oportunidad y me
invita a un grupo de Abordaje Corporal Emotivo y me propone un parto respetando
mis tiempos.
Y ahí me empiezo a preguntar por
qué llegué al parto de Luna tan desinformada.
En su curso me encontré con un grupo de mujeres que, en un primer
momento, me parecieron muy distintas a
mí y que hablaban de parto en casa, y de muchas cosas más. Pensé que tenía que
huir, pero algo de mí me hizo permanecer. Y qué bueno que permanecí! Cuánto
aprendí de cada una de ellas!
Esto sucedió en enero de 2011. Y a fines de abril nació Vicente en casa.
En la habitación de mi casa. Sin sueros, sin medicamentos, sin anestesia, sin
cortes, sin violencia. No porque no llegamos a la Institución, sino porque fui
aprendiendo e informándome en todo ese camino acerca de lo que necesitaba una
mujer para parir y un bebé para nacer. Y con la compañía de una partera que
amorosamente acompañó los tiempos míos y del bebé y con un obstetra que sacó
unas fotos hermosas. Y tan increíble fue todo que Vicente nació dormido con la
bolsa de aguas en su cabeza.
Y a partir de ese momento me di cuenta que todas las mujeres podemos
parir respetando nuestros tiempos. Qué el parir nos pertenece. Qué a través de
los años las mujeres fueron pariendo en compañía de otras mujeres. Y qué
diferente es parir respetando los tiempos del bebé y de lo que propone nuestro
cuerpo.
No es mi idea que fomentar el parir en casa. Si no, informar acerca de
cuáles son esas señales que tenemos que escuchar en nosotras cuando llega el
momento. Y si voy a ir a una institución, conocer cuáles son mis derechos y saber
qué procedimiento están realizando en mí y por qué.
“Para cambiar el mundo es preciso cambiar la manera de nacer” dijo
Michel Odent (1) y estoy de acuerdo con ello.
(1) Michel Odent (n. Oise en 1930) es un médico obstetra francés, y uno de los defensores
más notables del parto natural, entendido como
aquelparto en el que la intervención
externa es la mínima posible.
Primeras horas de Luna
Primeras horas de Vicente
maravilloso gracias x compartirlo!
ResponderEliminarGracias por leer!
EliminarUna pregunta, que requisitos te piden ara un parto en casa las parteras, ejemplo, que halla un pediatra? pregunto porque esa parte no la explican las mamas que hicieron parto en casa, quien les pone la vacuna de hepatitis, la vitamina todo eso q les dan cuando nacen?, quien los pesa?
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